La Rebelión del Traje: Escenarios, Texturas y Utopías.

in VIRTUOSO TALKS

Hay artistas que visten cuerpos, y hay artistas como Celia Ledón, que visten ideas, posibilidades y futuros alternos. En su mundo, el traje no sirve solo para cubrir o adornar: sirve para provocar, habitar espacios narrativos y alterar el curso de lo establecido. Su estética, radical y libre, toma la materia más insólita —plástico reciclado, metales, residuos— para crear una especie de lenguaje visual que dialoga con el cine, el performance, la arquitectura y la ciencia ficción. Celia no diseña ropa, diseña mutaciones.

Leer sobre ella significa navegar entre escenografías móviles, críticas a la industria, amor por lo artesanal, referencias pop, pulsos cubanos y una pulsión constante por desobedecer lo preestablecido. Desde su formación en diseño industrial hasta su incursión en grandes producciones audiovisuales, Celia Ledón ha creado un universo visual que incomoda y seduce por igual. Su obra plantea una pregunta tan política como estética: ¿y si el traje fuera una forma de pensamiento?

A continuación te presentamos esta maravillosa entrevista con esta increíble artista visual.

“Antigodon un Contingente Épico” | Foto: Yuris Norido | Actriz: Daysi Forcade |

Raíces en movimiento.

El complejo de isla se manifiesta en el caribe como una explosión creativa de sus habitantes, generando productos socioculturales y artistas únicos, con referentes variopintos. El diálogo de mi obra en otros contextos ha sido bien interesante, tanto que genera una curiosidad a la hora de su deconstrucción y análisis. Mi proceso de formación ha sido bastante ecléctico. Primero me gradué del IPDI, como realizadora de proyectos, un técnico medio superior que se impartía en el mismo edificio del Instituto Superior de Diseño Industrial (ISDI), y por el cual se optaba después del 12 grado. 

Luego entré en el Superior y me gradué como diseñadora industrial, aunque mi tesis la realicé en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, que consistió una metodología de diseño de vestuario y dirección de arte para audiovisuales. Sinceramente no pensaba demasiado siendo estudiante en la aplicación de la carrera, más bien la aspiración me encontró a mi cuando descubrí el nicho en la escena audiovisual y teatral, más distante del enfoque de moda o industrial de la carrera.

Del boceto al estallido visual.

Como diseñadora industrial tuve la oportunidad en el ISDI de estudiar diseño de productos e interiores; ya luego me cambié a la especialidad de vestuario. Ya en 4to año comenzamos a realizar las pretesis de grado en la EICTV como un ejercicio de la escuela. Allí tuve la posibilidad de formarme como directora de arte. Fue muy orgánica la aplicación de los conocimientos del instituto de diseño al audiovisual, ya que, si adaptamos el concepto de diseño de interiores con la condicionante de responder a una narrativa y la psicología de un personaje, tendremos el diseño de un set, igualmente con el diseño de vestuario. 

El diseño de producción y la dirección de arte generan una buena parte de la impronta estética del audiovisual, junto a otras disciplinas como la fotografía; aunque no se resume solo a lo que vemos. En el teatro media otra relación con el espectador; pero la función es la misma. Para mí la diferencia de lenguajes radica en el extracto realista que se espera en el cine de manera general, aunque tampoco es algo fijo dando paso a lo más experimental, y el acuerdo tácito con el espectador que se establece en la escena teatral, donde el “realismo” deja de ser importante o no está en la misma dimensión, por llamarlo de alguna manera; lo que permite optar por otros recursos expresivos. En conclusión, más que diferentes perfiles son solo diferentes caminos de expresión.

No es moda, es performance.

La constante lucha dialéctica que guía mi proceso creativo se traduce en una exploración incesante de materiales y siluetas. Tanto materiales tangibles como formas inexistentes deciden su camino único a lo largo del imaginario del objeto de arte; adquiriendo vida propia cuando chocan entre sí a través de una acción creativa. Cada pieza de arte, vestirle, es una declaración en sí misma que habla de la opresión de la moda como representación sistémica, en su ciclo inagotable de consumo irracional, extravagancia y belleza aterradora. 

El estudio de la teatralidad como escenario de representación, es el nicho perfecto para este tipo de personajes, que se expresan a gritos tanto en maniquíes, como en su acción más performativa, cuando se colocan sobre un cuerpo-escenario, creando nuevos significados ligados al intérprete/exhibición. La reutilización, el reciclaje, el uso de materiales obsoletos y descartados se entrelazan en las piezas con diferentes técnicas artesanales, creando diferentes capas de interpretación y contraponiendo conceptos, como lo industrial y lo artesanal como ejemplo básico, lo cotidiano y la extravagancia, el todo y la parte, el hombre y el hombre objeto.

Materiales con segunda vida, ideas con mil capas.

Mi práctica es también un llamado a la acción hacia la sustentabilidad frente al consumo desenfrenado, la vanidad generada por la autocontemplación acrítica, haciendo un enunciado que lleva al objeto y cómo se construye; como la realidad misma, tan infinita hacia lo externo,
tan llena de subconjuntos reducibles a partir de un macro-universo silencioso de expresiones mínimas.

Foto: Eduardo Rawdriguez


Mis piezas se traducen en una exploración de formas nuevas a través de materiales y objetos conocidos; reciclados, descartados o descontextualizados, entrelazados en el arte vestible con diferentes técnicas artesanales, enfocándose en la vanguardia y la sustentabilidad.

Entre el cine y el arte: una pasarela invisible.

En lo transdisciplinario está la trascendencia del traje o escultura más allá de lo utilitario, o contemplativo convirtiéndose en hecho artístico. La colaboración con otras disciplinas siempre trae consigo innumerables nuevos caminos y es una fuente de conocimiento y evolución del propio trabajo, en tanto el trabajo en solitario es necesario a veces para organizarse como artista y replantearse conceptos propios.

Para mí la mayor diferencia entre la escena filmada y teatral es el realismo. Existe una convención tácita en el teatro entre la escena y el espectador donde el lenguaje trasciende lo que meramente se observa creando ideaciones representacionales del espacio y los objetos que ni siquiera vemos (como los mimos) en tanto lo realista es necesario en el cine incluso si es ciencia ficción.

En cuanto al panorama cinematográfico de Miami creo que existen organizaciones como Oolite foundation que apoyan el cine local y la generación de historias que trasciendan la mera aproximación turística y manierista del cine que se filma, pero queda mucho por construir.

Creo que el núcleo de mi obra es inter y transdisciplinaria. No me atrevería a etiquetarla más allá. Como consejo —si es que sirve alguno— solo puedo decir: seguir trabajando. Siempre.

POR | BERT OCHOA

FOTO COVER | CORTESÍA CELIA LEDÓN

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Bert Ochoa’s work in podcasting, filmmaking, and blogging has been pivotal in creating a supportive network for immigrant artists, helping them share their stories and navigate the challenges they encounter. His mission centers on building a community of creative individuals united by their passions. With a background in production, sound recording, screenwriting, and cinematography, Bert is well-equipped to pursue his ambition of becoming a documentary film director. In 2025, he directed his first film project, Two Islands, a documentary that premiered at the Miami Film Festival and marked an important milestone in his filmmaking career. His dedication to storytelling and community engagement drives his work as he seeks to amplify diverse voices and narratives through his artistic lens.