Nando Rocher
VIRTUOSO TALKS

Juego en el Espejo | Nando Rocher

Desde tiempos inmemorables hemos buscado como especie la manera de auto representarnos mediante formas graficas a través de un medio que ha perdurado en el tiempo. Las pinturas rupestres siempre fueron útiles a la hora de representar algún tipo de evento cotidiano como la caza, la pesca, la danza e incluso simplemente dejar una huella impregnando las palmas de las manos sobre la roca como un signo de identidad.

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culture addict

between takes

ARTIST VIBE

Chucho Valdés | BRAHMS EN RITMO DE CLAVE.

in THE BACKYARD

Chucho Valdés, velada con el Maestro

“Hay que oír mucha música, luego tenerla en la memoria…, empezar a buscarla al tocar y luego búscate a ti” (recomendación a joven músico)

Rush Hour en Miami

Salir un Jueves en “rush hour” hacia Down Town Miami no es algo que hace un par de años tuviésemos contemplado. Es fácil con el pasar del tiempo acostumbrarse a la rutina, al trabajo de 8 a 5, a las tareas del colegio, a las labores del hogar y a simplemente pasar día tras día en lo mismo.

Gracias a la labor de muchas personas amantes de la buena música, el arte y la cultura, esta ciudad está expandiéndose y abriendo paso a una serie de actividades en la escena local que empiezan a ponerle un toque interesante y lleno de matices al Sunshine State.

Hace unos cuatro meses entrevistamos para “Between Takes” a Maudie y a Yaima, fundadoras de Paxy, una organización sin fines de lucro cuya misión es la de conectar a las personas a través del arte. En la conversación que tuvimos para el podcast nos compartieron su visión de la ciudad, de las personas y de la sensibilidad que perciben con cada evento y espectáculo que coordinan y organizan.

Como parte de las actividades con las que comienzan el primer trimestre del 2019 se encuentra la Clase Magistral (Master Class) con el exitoso y galardonado músico Chucho Valdés, la cual se llevó a cabo el 7 de Marzo en Jazz Cellar at Le Chat Noir.

Le Chat Noir, noches de Jazz

Llegamos a Le Chat Noir como a las 6:10 de la tarde y nos recibió Maudie gratamente, explicando – “están terminando de arreglar todo en el Cellar, pero estamos en tiempo” -Pasamos al acogedor lugar en donde se respira historia musical, no solo por la decoración y las fotografías que ambientan sus paredes, sino por las personas que ya se agrupaban en la barra y en las mesas degustando una bebida en espera de que nos invitaran a bajar para disfrutar de la velada con Chucho Valdés.

Nos dirigimos al final del salón y nos sentamos en la última mesa, luego amablemente se nos explica que el momento de comer algo es cuando concluya el evento pero que mientras podemos tomar algo…, y es cuando pienso – ¿tomar algo?…pero es Jueves y mañana hay que madrugar – . Sin embargo, el aire esta tan liviano y las conversaciones son tan amenas que decidimos desprendernos de la rigidez auto impuesta de vivir en un sitio donde la regla es la norma, y pedimos una cerveza fría, italiana y deliciosa.

Queremos pagar la cerveza antes de entrar pero nos dicen – “la pueden pagar al bajar…recuerden que la comida se sirve después, por ahora es solo bebida” – agradecemos el gesto y empezamos a ver un movimiento de gente, de pronto viene en toda su estatura caminando tranquilamente Chucho Valdés, se dirigía en nuestra dirección, pero no hacia nosotros. El gesto de la sonrisa que surge en nosotros como espectadores es devuelto por el artista con la reciprocidad de asentar con la cabeza.

Pensamos que debemos pararnos cerca de la entrada al Cellar porque la gente se va agolpando y como si nos leyeran la mente se nos acerca una chica y nos dice – “llevan rato esperando, no hay reservaciones de mesas, pero vengan que los ayudo” – vamos tomados de la mano los tres sorteando el público y llegamos a la entrada justo en el momento que nos dan la señal de ir bajando las escaleras.

¿Cómo es tu nombre? le digo a la chica, y me responde con ese cantado cubano – “Ana” – casi de inmediato se pierde entre la muchedumbre y luego nos dice – “psst, vengan que acá van a estar bien” – y nos ubica en una mesa diagonal al piano.

Las cortesías en una ciudad grande son poco frecuentes, pero existen y es como una especie de sorteo de la vida, donde puedes salir premiado con una sonrisa y una especie de suerte que te acompaña.

La Hora del Master Class

A los pocos minutos se escuchan las voces – “Chucho…., Maestro….” – y los aplausos no se hacen esperar para recibir a un grande entre los grandes, y es que no todos los días tiene uno el privilegio de sentarse cerca de un hombre con una trayectoria musical tan amplia.

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