Decisive Action | Cine Independiente Miami.

¿Qué es lo primero que nos viene a la cabeza cuando pensamos a una mujer como directora de cine independiente? Podríamos imaginárnosla como una persona con un mundo interior increíble, con una energía preponderante, un ego saludable, una luchadora infatigable, un ser cuya capacidad de contar historias nos permite reflexionar sobre nuestras propias experiencias de vida y la comunidad donde nos desenvolvemos.

Tal vez todo lo anterior se necesite en ciertas dosis para desarrollarse no solo en el campo cinematográfico, sino también en cualquier otra cosa a lo que uno se quiera dedicar en la vida sin importar la expresión artística escogida. Ahora, aunque el género masculino ha sido el que se ha impuesto a lo largo de la historia dentro de la industria, vivimos en una época donde el empoderamiento femenino ha hecho que se le preste más atención a las cineastas que se desarrollan a  través del séptimo arte precisamente por el trabajo de calidad que se encuentran mostrando.

Al buscar información en Google sobre mujeres cineastas en la ciudad de Miami, o cine independiente local, es muy probable que aparezcan referencias hacia festivales de cine, pero son muy pocos los artículos relacionados directamente con este tema, por decir casi ninguno.

Existe un fuerte deseo por parte de creativos de buscar formas que lleven al surgimiento y desarrollo de una industria cinematográfica sustentable que permita precisamente el desenvolvimiento de talentos locales. A esto se suma también a que puedan existir instituciones que también se comprometan a facilitar los mecanismos para que esto suceda.

Conversando con la directora y actriz Magaly Pefig, nos enteramos no solo del último mediometraje que llevó a cabo como directora, sino también su opinión sobre lo que nos encontramos experimentando a nivel de cine en la ciudad. Su visión como realizadora nos introduce a temas que son muy delicados dentro de la sociedad en la que vivimos, y la coherencia de su discurso nos permite ver a profundidad como los personajes son capaces de lidear con estas situaciones.

El nacimiento de “Decisive Action“.

El mediometraje, desde su concepción, iba a ser una historia sobre las consecuencias traumáticas y fatales que el abuso infantil de cualquier tipo deja en la vida de las personas. Especialmente en mujeres, ya que es la población más vulnerable afectada por este problema. De hecho, siete de cada diez casos de reportados de abuso ocurren a mujeres. También sentimos la urgencia de crear una conciencia en la mente del espectador de como el abuso es una situación que transgrede el estatus social, económico o cultural.

Propuesta como creativa.

Siempre quise que la audiencia experimentara de primera mano cuánta turbulencia podría haber en la mente de una persona previamente expuesta al abuso, independientemente de lo bien que se vea en el exterior. Así es como creé las imágenes y las metáforas de lo que sucedía en la mente de Alexa. Me senté y escribí ese mundo surreal que la audiencia verá en la película donde su proceso mental y sus miedos están reflejados en las imágenes.

Es este mundo paralelo que todos tenemos mientras procesamos lo que sucede a nuestro alrededor, que a veces nos lleva a encontrar nuestros miedos más profundos. La relación espacial con el entorno juega un papel clave para conectar a el espectador con las emociones por las que atraviesa la protagonista. La paleta de colores de la película se selecciona intencionalmente para interpretar la pesadez de su mundo o el destello de esperanza en su corazón; al igual que los ambientes donde ella se mueve.

Esta es una película conceptualizada, producida y finalizada durante las más extremas circunstancias sociales y humanas que hemos enfrentado en los últimos 50 años: la pandemia de COVID. Esto nos llevó a afrontar el hecho de que no podíamos tener todo el equipo técnico y actoral en el mismo sitio, así que tuvimos que tomar una acción decisiva, paradójicamente como el mismo título lo dice, se trataba de seguir adelante desde donde se estaba o parar. Por esto escogimos empezar con Cartagena, luego Bogotá y finalmente filmamos en Miami. 

Para mí era muy importante como directora que todos en el equipo comprendieran mi visión. Trabajé con talento y grupo técnico en videollamadas para lograr mi objetivo, ya que los protocolos de cuarentena nos impedían hacerlo diferente. Pre-producimos cuidadosamente ubicaciones, ángulos, paletas de colores, texturas, personajes, equipos y todos los detalles para hacer realidad la película. Filmar en tres ciudades diferentes, mientras dirigía en un monitor de forma remota, como si estuviera en un lugar, fue una forma única de aceptar este reto.

Durante el rodaje del corto me impactó ver como todos como artistas nos volvimos flexibles como un bamboo. Salimos a desconfigurar nuestros propios miedos. Todos estábamos encerrados, atemorizados de la situación mundial, en una realidad absurda, donde todas las circunstancias estaban en contra, y esto nos dio la oportunidad de sobrepasar nuestros límites. Nos corroboramos una vez más que el arte nos da alas, al igual que hace creer a los que observan sus resultados, y esto nunca deja de impactarme.

Existen otras mujeres creativas muy talentosas haciendo cine independiente en Miami. Miami es una cuidad pintada de otros colores que refleja un brillo momentáneo, pero que en su interior tiene una complejidad admirable, solo hay que saber dónde mirar. Es como en la historia de la película que estamos contando. Te puedes quedar en la superficie de lo que refleja, pero más allá de lo bello de afuera, existe un mundo interno lleno de muchas cosas, de gente maravillosa, como lo que hace esta plataforma Artistnator por ejemplo que quieren sembrar algo más que playa, brisa, mar, mujeres bellas y mall. 

Pienso que se sabe tan poco sobre lo que acontece con el cine independiente en la ciudad porque tal vez el conflicto empieza por la misma estructura demográfica. Somos una mezcla cultural única. Esto hace que cada sector que llega vea la cuidad como un punto inicial de una nueva vida, algo temporal, algo pasajero donde no se crean raíces. Pero la ciudad no es solo eso, y para muchos de los que amamos su complejidad, así como las oportunidades infinitas que nos da a todos, esto se convierte en el reto de cada día.

También creo que podría mejorar si todos los artistas nos unimos más, como por ejemplo, esto que ustedes hacen con la plataforma, que sale de sus corazones divulgar los esfuerzos de otros. Si a eso le ponemos una dosis que falta el apoyo gubernamental para que regrese el incentivo de la excepción de impuestos a producciones hechas aquí, podríamos tener la formula perfecta para que fuésemos mucho más grandes. No hay que parar en nuestros esfuerzos de que se haga, de que se conozca, de que se llegue a la audiencia. Grano a grano algún día hacemos la diferencia.

Creo que el poco apoyo a la industria cinematográfica independiente en la ciudad se trata de que el tema financiero es una pieza clave para que haya un avance. De hecho, cuando existió el incentivo de impuestos, Miami tenía otra posición con respecto al mercado nacional, y se hacían producciones todos los días. En estos momentos, hay que decantar como buscando oro, pero de esa búsqueda salen cosas maravillosas. Pienso que otro factor es lo que dije anteriormente. Culturalmente hay que crear raíces y conexiones con el sitio donde vives porque si no es así, siempre será el club vacacional que se desocupa cuando no hay temporada, y eso ya depende de nosotros, los que caminamos sus calles no importando cuanto sol hay, o cuantos huracanes lleguen ese año.

Mi recomendación personal hacia los creativos en la ciudad de Miami es todo lo que puedan hacer como artistas para abrir los ojos de muchos, pues esa será la pequeña semilla al mundo; pero las semillas no son flores en un día. Hay que regarlas, y plantarlas en tierra sólida para que algún día sean flores. Confíen en su caminar, si lo hacen de corazón, nadie podrá borrarlo.  

POR | BERT

FOTOS | CORTESÍA MAGALY PEFIG

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