BETSABÉ  MARTÍNEZ - page 8

Cuando escuchamos el concepto de arte regional, muchas veces lo primero que se nos viene a la cabeza es la noción de las artesanías. Dependiendo del lugar del que provengamos, relacionamos el arte regional con los artilugios y no es que estemos herrados, sino que el arte regional o las artesanías están más allá un objeto cuya única función es servir de adorno para el hogar.

Si bien lo que puede diferenciar al arte de la artesanía es la exclusividad que proyecta, la promesa de que la pieza es única y no se realiza en serie, también es cierto que el hecho de que una obra sea replicada en más de una ocasión y comercializada para uso común no demerita el empeño y trabajo de precisión que se plasma en cada una, más si es que el proceso fue enteramente manual.

En un mundo tan conectado entre las sociedades, con acceso a la información de casi cualquier lugar pocas veces somos consientes de la importancia que tiene el sentido de pertenencia, de saber que somos de un lugar y el hecho de conocer ese lugar y sus raíces nos dan una idea más clara de quiénes somos.

Preservando la Herencia Cultural

Artistnator se dio cita en el Museo de las Artes Populares de Jalisco en el que podemos encontrar exposiciones de arte regional. Las piezas que conforman las exhibiciones  muestran desde arte prehispánico hasta piezas contemporáneas de arte popular. Ahí es donde podemos entender lo antes aquí descrito, un ejemplo son las sillas de montar que su elaboración, según su complejidad, puede durar incluso meses y a pesar de que su fabricación y venta sucede en serie, es igualmente arte.

Ya sea un artista realizando una obra única que plasme sus más profundos sentimientos o se trate de un artesano empleando técnicas heredadas para la elaboración de decenas de obras, ambos esfuerzos por conservar la esencia del arte viva, merecen respeto y reconocimiento.

POR |  BETSABÉ MARTÍNEZ

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“La poesía no sólo está en los libros viejos, también está en el cine, en la música, en los pensamientos espontáneos” | Elena Hernández.

María Elena Hernández, es estudiante de la carrera en Ciencias de la Comunicación, desde pequeña mostró interés por las letras, la poesía y los cuentos, aquellas prosas que muchas veces nos permiten escapar de la realidad que nos rodea para transportarnos a una realidad mucho más amena, cuyo gusto se intensificó en la adolescencia y fue en esta época que comenzó a realizar sus primeros escritos apoyándose de las asesorías de profesores y talleres literarios.

Durante una de esas clases, un profesor leyó el poema Espantapájaros de Oliverio Girondo con el que Elena logró vislumbrar un camino de poesía latinoamericana en el que se sumergiría durante los últimos años. También inició a escribir poesía, cuentos y borradores de guiones para trabajos audiovisuales de ficción.

Elena, junto a un grupo de amigos de la universidad, salieron de las instalaciones para plasmar sobre la calle algunas ideas literarias del gusto de cada uno, desde pequeños trozos de poesía hasta frases significativas de algunas películas.

El sentimiento de desahogo emocional fue muy impactante para ella por lo que sintió la necesidad concretar y hacer de su tarde bohemia un movimiento oficial que fuera capaz de servir como nexo entre los transeúntes y la obra literaria de donde se extrae el texto, como también fungiera como terapia catártica para quien realice el escrito en las aceras.

Comienzo de una Aventura

Así nació Letras y Asfalto en el que su lema “si nadie nos publica, nosotros nos publicamos en las calles” puede describir la más pura esencia del proyecto y su misión hacia el arte de la poesía, seguir buscando a toda costa acercar la literatura a una sociedad que, en la más sincera descripción y visión autocrítica, no es ávida a la lectura.

Los objetivos de este proyecto son despertar el interés en la poesía y la literatura, así como de animar a todos aquellos con un talento natural para la composición gramatical a que plasmen sus creaciones para darse a conocer

A la par del nacimiento de Letras y Asfalto, se creó también una actividad mensual llamada Jueves de letras, que se lleva a cabo en la Universidad Enrique Díaz de León, en la que estudia Elena, ahí se invita a los alumnos y docentes a que escriban lo que más los inspira y que lo manifiesten en público durante una activación frente a los presentes, esto les ha traído invitaciones por parte de otras instituciones educativas, así como a recintos culturales para replicar esas actividades.

Hasta el momento Letras y Asfalto cuenta con dos personas involucradas, sin embargo no están cerrados a la posibilidad de que se unan más personas al equipo.

La visión de Elena acerca del proyecto es crear una comunidad mundial en la que se plasmen frases literarias en las calles del globo terráqueo y que las autoridades gubernamentales ofrezcan espacios para la difusión de la literatura y la poesía, todo esto con el fin de incentivar a las sociedades a consumir este tipo de expresión artística.

POR: BETSABÉ MARTÍNEZ

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Durante los años 1810 a 1980, existió un orfanato en la ciudad de Guadalajara que también sirvió de hogar para personas mayores en situación de abandono y que operó de manera intermitente durante sus primero años.

Esta institución se edificó por financiamiento de la iglesia católica y quedó a cargo del Obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo, de ahí el origen de su nombre.

En la década de 1980, los inquilinos del orfanato fueron reubicados en un distinto lugar para así dar paso a la gran casa del arte que permanece hasta el día de hoy.

La cúpula del recinto cuenta con frescos originales pintados por el artista plástico José Clemente Orozco quien tuvo como auge artístico los años 20´s y que su trabajo lo llevó a ser uno de los grandes muralistas mexicanos cuyo nombre se coloca a lado de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y Rufino Tamayo.

Los murales que se encuentran en el techo del museo pueden ser apreciados desde distintos ángulos y desde hace algún tiempo se han colocado bancas para poder recostarse sobre ellas mientras se aprecian los frescos de altura.

A lo largo del año, el Instituto Cultural Cabañas abre sus puertas para las distintas muestras de arte que se concentran ahí y que incluso llega a albergar exposiciones de artistas extranjeros y da lugar también a obras de teatro, recitales de ballet e incluso a proyecciones de películas gracias a la sala de cine que se fundó en honor al cineasta tapatío¹ Guillermo del Toro.

Este recinto ofrece actividades didácticas como clases de música, pintura, dibujo, escultura. También tiene una Biblioteca de Arte y de Museografía dentro de sus instalaciones y de paso cuenta con áreas abiertas donde se pueden llevar a cabo diferentes tipos de eventos.

El lugar es bastante cómodo para andar por él, los pasillos son amplios y los techos altos permiten que la temperatura sea agradable, incluso en temporadas calurosas.  En los jardines y pasillos exteriores continúa las obras, desde murales hasta esculturas de hierro.

Así, es como el otrora Hospicio Cabañas que durante 170 años fungió como refugio de desamparados, se convirtió en el hogar más representativo de las artes en Guadalajara.

¹Tapatío: gentilicio de las personas nacidas en Guadalajara, México.