El arte como ensayo de libertad | Marco Caridad.

in VIRTUOSO TALKS

Llegar a una ciudad como Miami sin entender el idioma, sin poder leer ni un menú de un restaurante, es como volver a aprender a caminar con los pies atados. Así comenzó la historia de Marco Caridad en Estados Unidos: desde el silencio, la observación y una vulnerabilidad que se convirtió en combustible creativo. Su obra, marcada por capas que se revelan y ocultan, materiales encontrados y gestos interrumpidos, es un reflejo de ese tránsito íntimo, entre la adaptación y la búsqueda de un nuevo hogar. Marco Caridad no representa en su obra solo lo que ve, sino lo que sobrevive en la memoria: fragmentos de identidad, cicatrices de migrante y la ironía que le permite mirar el dolor sin petrificarlo.

En su universo artístico, su arte convive con el performance, el video y el activismo cultural. Director artístico del Miami International Fine Arts (MIFA) y fundador de Biolumina, Marco ha construido un lenguaje híbrido que se alimenta tanto de la saturación visual de Miami como de los silencios necesarios para encontrar un gesto propio. Sus piezas son ensayos de libertad, espacios donde el error y la curiosidad son bienvenidos, y donde el cuerpo se convierte en archivo simbólico. En él, la condición queer y migrante no es una temática, sino una respiración constante: la prueba de que el arte, cuando es honesto, no se limita a decorar, sino que incomoda, conecta y resiste.

A continuación te compartimos la entrevista con Marco en esta sección de ARTISTNATOR, donde las voces de los artistas resuenan; más allá de su propia obra.

Marco, tu historia como inmigrante en Miami está marcada por sacrificios y reinvención. ¿Qué aprendizajes fundamentales te dejó esa etapa inicial y cómo se refleja esa experiencia en tu obra artística?

Llegar a Miami fue como aprender a caminar de nuevo, pero con los pies amarrados. La sensación de no entender el idioma, de no poder leer ni siquiera un menú, me obligó a reconstruirme desde el silencio y la observación. Ese periodo me enseñó la importancia de la resiliencia y de la vulnerabilidad como herramientas creativas. En mi obra, esa experiencia se traduce en gestos interrumpidos, materiales encontrados que parecen “incompletos” y capas que se esconden y se revelan como metáfora de mi propio proceso de adaptación y de búsqueda de hogar.

Como artista interdisciplinario que transita entre pintura, performance y video, ¿cómo ha sido tu proceso para construir un lenguaje propio dentro de una ciudad tan visualmente saturada como Miami?

Miami es un collage constante: neones, ritmos caribeños, palmeras que parecen coreografías. Encontrar un lenguaje propio ha sido un acto de resistencia y juego. He aprendido a escuchar el ruido y transformarlo en pausa; a usar la saturación como fondo para gestos más íntimos. Mi lenguaje es híbrido porque yo también lo soy: entre la pintura y el performance, entre el objeto y el cuerpo, entre la ironía y la poesía.

En tu trabajo se cruzan identidad, memoria y censura. ¿Cómo influye tu experiencia como hombre queer y migrante latinoamericano en la narrativa simbólica de tus piezas?

Mi identidad queer y migrante no es un “tema”, es una condición vital. Soy el resultado de múltiples traducciones, de códigos no siempre bienvenidos. En mis piezas, uso el cuerpo como archivo y el gesto como un grito silencioso. Exploro lo que significa ser observado y etiquetado, ser “el otro” en un sistema que quiere definirlo todo. La ironía y el humor me ayudan a abordar el dolor sin convertirlo en un monumento trágico.

Has dicho que “el arte es un ensayo para la libertad”. ¿Cómo entiendes hoy esa frase, especialmente desde tu rol como director artístico en MIFA y fundador de Biolumina?

El arte como ensayo para la libertad significa que no busco respuestas finales, sino espacios donde el error sea bienvenido. Desde MIFA y Biolumina, intento crear contextos donde los artistas puedan fracasar, explorar y transformarse. Son laboratorios para desaprender y volver a mirar. La libertad no es un estado, es un ejercicio constante, y el arte es mi manera de ensayar esa utopía.

¿Qué buscaste canalizar o responder con la creación de Biolumina? ¿Es solo una residencia artística o también una propuesta política, espiritual o ecológica?

Biolumina nació como un lugar para reencender la curiosidad y el asombro. No es solo una residencia; es una respuesta poética y política a la desconexión que vivimos. Es un espacio para repensar nuestra relación con la naturaleza, con la comunidad y con nosotros mismos. Es espiritual porque propone silencio y escucha, ecológica porque trabaja desde el respeto al entorno, y política porque plantea la hospitalidad como acto de resistencia.

Desde tu perspectiva como creador y curador, ¿cómo percibes el ecosistema artístico de Miami? ¿Sientes que la ciudad ofrece espacios reales para el crecimiento y la maduración artística, o aún estamos en una etapa superficial?

Miami es como un adolescente: explosivo, bello, inseguro y lleno de potencial. Hay una energía innegable, pero aún falta profundidad en los espacios de conversación y en el compromiso con procesos largos. La ciudad tiende a celebrar la inmediatez, el “momento Instagram”. Sin embargo, cada vez veo más artistas y curadores dispuestos a sembrar en lugar de solo cosechar. Confío en que estamos en transición hacia una escena más madura y crítica.

Como líder cultural que ha trabajado con artistas locales e internacionales, ¿crees que existe una voluntad colectiva en Miami para construir un frente cultural sólido, o seguimos fragmentados por intereses individuales?

Hay una voluntad, pero todavía fragmentada. Miami funciona como un archipiélago: muchas islas con proyectos hermosos, pero con puentes frágiles. El reto está en dejar de lado el ego y entender que la fuerza real está en el tejido colectivo. La comunidad artística necesita más espacios para compartir vulnerabilidades y menos carreras por la visibilidad.

Tu obra suele partir del cuerpo y del gesto como archivo simbólico. ¿Cómo ha transformado tu proceso creativo tu relación contigo mismo y con las narrativas que heredaste?

Mi proceso creativo es una forma de reconciliarme con mis fragmentos. He aprendido a aceptar que las narrativas heredadas son necesarias para entenderme, pero no para limitarme. Trabajar con el cuerpo me ha enseñado que la memoria no solo está en la mente, sino en cada músculo, en cada respiración. Crear es mi manera de volver a habitarme…

En tus publicaciones y proyectos como Sans Stereotypes y A Particularly Vicious Tongue, abordas temas de género, voz y autoimagen. ¿Cuál es tu intención al invitar al espectador a interrumpir y reimaginar las etiquetas impuestas?

Quiero que el espectador se convierta en cómplice y no solo en observador. Invitar a interrumpir es proponer un juego: cuestionar lo que damos por sentado y repensar la violencia suave de las etiquetas. Estas etiquetas son como ropas que no elegimos ponernos. Mi intención es abrir grietas donde se pueda respirar, donde cada quien se atreva a verse sin filtros impuestos.

Finalmente, ¿qué crees que necesita con urgencia la escena artística de Miami para convertirse en un espacio verdaderamente fértil para la creación y la memoria colectiva?

Necesitamos paciencia. Paciencia para acompañar procesos y no solo productos. Más espacios independientes y sostenibles, más crítica honesta y menos complacencia. Y, sobre todo, necesitamos coraje: coraje para fallar en público, para escuchar al otro, para sostener conversaciones incómodas. Solo así podremos crear un lugar donde la memoria no sea souvenir, sino un acto vivo y compartido.

POR | BERT OCHOA

FOTO COVER | JORGE ANDRÉS CASTILLO

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Bert Ochoa’s work in podcasting, filmmaking, and blogging has been pivotal in creating a supportive network for immigrant artists, helping them share their stories and navigate the challenges they encounter. His mission centers on building a community of creative individuals united by their passions. With a background in production, sound recording, screenwriting, and cinematography, Bert is well-equipped to pursue his ambition of becoming a documentary film director. In 2025, he directed his first film project, Two Islands, a documentary that premiered at the Miami Film Festival and marked an important milestone in his filmmaking career. His dedication to storytelling and community engagement drives his work as he seeks to amplify diverse voices and narratives through his artistic lens.