Comicópicos: la risa como resistencia en tiempos de crisis.

in THE BACKYARD

El humor puede ser un acto de amor, pero también un arma afilada contra la solemnidad y el tedio. Con “Comicópicos“, la Compañía Fugaz llega desde Argentina al 39 Festival Internacional de Teatro Hispano de Miami con una propuesta que desarma cualquier jerarquía entre público y escenario: aquí, niños y adultos improvisan, participan y se convierten en parte activa del juego. Lo que empieza como risa se transforma en reflexión, y lo que parece entretenimiento revela la esencia de un teatro vivo, urgente y profundamente humano.

Detrás de Fugaz está una dupla inseparable en la vida y en la escena a traves de Osqui Guzmán  y Leticia González . Para ellos, la creación surge de lo cotidiano: un viaje, una conversación, un atardecer pueden convertirse en motor de inspiración. Su trabajo, marcado por la improvisación y la comedia, es también una declaración de principios: crear desde la confianza mutua, hacer del conflicto material escénico, y abrir un espacio donde las emociones y la risa sean lenguajes compartidos. En “Comicópicos“, el público de Miami no solo asistirá a una función: vivirá un ensayo colectivo de un futuro posible.

A continuacion te compartimos esta maravillosa entrevista en nuestra plataforma ARTISTNATOR para que puedas conocer mas sobre estos dos creativos y la propuesta que vienen trayedo al festival para el deleite de todos.

Después de tantos años de trabajo conjunto y una carrera compartida en docencia, creación y actuación, ¿cómo describirían el motor que sostiene la esencia de Compañía Fugaz? ¿Cómo ha evolucionado su manera de crea juntos con el paso del tiempo?

Nuestro motor de creación es la vida misma. Al ser pareja artística, pareja en la vida, tener una hija, compartir momentos íntimos y públicos. Nuestro motor se vuelve la vida misma, entonces vamos a través de ella, mirando juntos todos los momentos y tal vez encontramos en algún episodio, en algún atardecer, en algún viaje, en cosas que son teatralizables, situaciones que podrían ser una obra de teatro, imágenes que se guardan en la memoria de nuestro trabajo y nos obsesionan, nos obsesionan de  tal manera, que cuando nos toca trabajar, las sacamos a la luz y nos damos cuenta que compartimos los mismos secretos. Ese motor de creación tiene que ver con el conocimiento mutuo, con la confianza mutua y con las ganas de viajar de vivir y de amar.

Dedicarnos a la improvisación y a la comedia durante tanto tiempo nos dejó la capacidad de poder enfrentar nuestras ideas con liviandad y entendiendo que los conflictos son parte de un juego en común; entonces, todo se vuelve material creativo. Ninguno de los dos defiende mucho una idea; tratamos de adaptarnos. Tratamos de utilizar lo que el otro tiene para crear y nos rendimos a la imagen del otro, así encontramos los mejores materiales para jugar, y mientras nos mantengamos  jugando, el espectador siempre se va a sentir vivo.

Como nos gusta mucho viajar, nuestra evolución dentro del trabajo la marcó un poco el sentido que tenemos al hacerlo, porque al viajar nos gusta perdernos por la ciudades, hacerlo entre la gente y perdernos en los planes y descubrir. De esa manera disfrutamos, y con el tiempo adaptamos ese mecanismo de viaje al trabajo creativo , y todo resulta mejor, más divertido, más desafiante, más emocionante.

El teatro de improvisación y la comedia han sido lenguajes fundamentales en su trabajo. ¿Qué desafíos y posibilidades encuentran hoy en día al desarrollar estos géneros dentro del espacio teatral argentino, especialmente en contextos de crisis o transformación social?

Nuestro trabajo de improvisación teatral es un trabajo de responsabilidad frente al presente. Responsabilidad significa: habilidad de respuesta. Tener la habilidad de respuesta frente al presente. Este presente se define con ansiedad, es decir, con urgencia y con crisis. En este sentido al improvisar teatro, ponemos el foco en contar historias, porque las historias nos hablan de vínculos y los vínculos nos relacionan, y el teatro se hace fuerte al establecer entre las relaciones que se improvisan. Una suerte de ensayo sobre una realidad futura sobre un acontecer posible. Al mismo tiempo, al improvisar con sugerencias de los espectadores, al pedirles que sean parte de la creación, de alguna manera, les estamos dando voz, y en el caso de “Comicópicos”, le estamos dando voz a las infancias y a las familias. El juego que el teatro de improvisación le propone a la realidad de crisis social en la que vivimos, es un juego de organización. Nuestro desafío como improvisadores, es estar siempre a la altura de los conflictos.

Han participado en propuestas para públicos de todas las edades, desde el teatro familiar hasta la televisión infantil. ¿Qué les interesa del diálogo con las infancias, y qué buscan provocar en ese público con sus espectáculos como Waminix o Noticiero Puro Cuento?

Una motivación importante a la hora de crear nuestros espectáculos es la de unir la reflexión al juego. Nos han educado para que el tiempo de pensar sea un tiempo estático, y el tiempo de jugar sea un tiempo móvil y pasajero. Pero sabemos que los niños y las niñas son emocionales, y que esas emociones son móviles potentes para la formación intelectual, lúdica y logística de las personas. Entonces, unimos ambos polos en nuestros trabajos, pensamos jugando y jugamos pensando, motivando a la reflexión, el encuentro, y la diversión. Porque el teatro puede tener muchas fallas, puede ser más o menos interesante, pero no puede bajo ningún punto de vista, ser aburrido. El espectador siempre quiere que la obra vaya bien, que al improvisador le vaya bien; quiere divertirse.

Si se divierte, entonces ahí necesita emocionarse y buscará justificaciones en la obra. Si se divierte y emociona, sólo ahí, necesitará algún tipo de reflexión para entender el viaje que acaba de realizar. En “Waminix” les presentamos un mundo distócico y por ende desconocido. Una realidad descompuesta que a través del juego y los vínculos se recompone en la idea de liberarse de la opresión y la persecución. En “Noticiero Puro Cuento”, jugamos con la lectura actual de personajes famosos de los cuentos clásicos y lo llevamos al absurdo, y en realidad vemos dos compañeras que se ayudan a llevar adelante los problemas de cada una. Por ayudarse se meten en líos, pero así y todo nunca renuncian a esa amistad.

¿Qué significa para ustedes participar en el International Hispanic Theater Festival of Miami y llevar su propuesta artística fuera del país, en particular a una ciudad con una comunidad hispana tan diversa como Miami?

Encontarrnos con una comunidad tan diversa, diversifica los canales de diálogo y fortalece las diferencias. Los Festivales son en este caso, una gran fuente de donde bebe la cultura como cultivo. Las obras son frutos de diferentes orígenes, y los artistas somos semillas de ideas renovadoras. La renovación consiste en descubrir que, aún con estéticas diferentes; o sea, identidades en juego, los conflictos son similares, las emocionalidades generan empatía, y las estéticas nos identifican. Reafirmar la identidad, para comprender la necesidad de un teatro propio de cada región. 

Sus carreras demuestran un compromiso con la creación colectiva, el humor inteligente y el vínculo directo con el público. ¿Qué esperan que suceda con el espectador de Miami cuando se encuentre con la obra que traen al festival?

Esperamos que el público se divierta. Solo así, podrá comprender que detrás de todo nuestro juego hay algo profundo y simple: nuestro amor por lo que hacemos. Ese amor que se presenta, no como un mundo idílico, sino como el amor gestor de conflictos, de tensiones y motivaciones que nos hacen reír y reír, porque es la comedia la que nos hace mirarnos con inteligencia en ese espejo cruel y metafórico de la existencia.

El humor puede ser un vehículo poderoso para tocar temas profundos. ¿Cómo equilibran ustedes lo lúdico con lo reflexivo en su trabajo? ¿Qué lugar ocupa la emoción dentro de esa fórmula?

En “Comicópicos” hacemos participar de la creación a los espectadores. Niños y adultos en el mismo juego. No hay escalones, hay igualdad. Tienen el mismo peso y valor todas las voces, porque ellas moldean el destino de las improvisaciones. Exponen su cuerpo al espacio lúdico y se solidarizan con la exposición. Se entienden y divierten por ver al otro hacer algo que ellos no harían. En síntesis, tanto el humor, como la reflexión, como lo lúdico transforman el ambiente en un espacio de convivencia imposible de lograr en la vida real y en tan poco tiempo. Eso es lo emocionante, que por un momento, vivimos en un mundo que nos gustaría vivir, una especie de ensayo de un futuro posible. 

Mirando hacia atrás y hacia adelante: ¿qué los mantiene hoy creando y compartiendo escena juntos? ¿Qué nuevos sueños o territorios artísticos les gustaría explorar como Compañía Fugaz en los próximos años?

Nuestro primer trabajo juntos, actuando en improvisación se llamó” “FUGAZ” y así bautizamos a la companía. Habíamos soñado alguna vez con ello, pero nunca fue un proyecto. No hay planes en lo que hacemos. Hay sueños que nos persiguen y que nosotros perseguimos. Al definirlos como sueños los liberamos de la presión de la productividad. El proyecto implica objetivos y planificación, mas parecido a una empresa de beneficios y recursos. Lo nuestro es diferente. No buscamos, encontramos. No proyectamos, soñamos. Porque los sueños se pueden acumular hasta transformarse en una maravillosa colección de deseos y entonces solo el deseo, nos movilizará a la concreción, a la realización y a existir de alguna manera posible.

POR | BERT OCHOA

FOTO COVER | CORTESÍA TEATRO AVANTE

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Bert Ochoa’s work in podcasting, filmmaking, and blogging has been pivotal in creating a supportive network for immigrant artists, helping them share their stories and navigate the challenges they encounter. His mission centers on building a community of creative individuals united by their passions. With a background in production, sound recording, screenwriting, and cinematography, Bert is well-equipped to pursue his ambition of becoming a documentary film director. In 2025, he directed his first film project, Two Islands, a documentary that premiered at the Miami Film Festival and marked an important milestone in his filmmaking career. His dedication to storytelling and community engagement drives his work as he seeks to amplify diverse voices and narratives through his artistic lens.