Arte de comunicar

Arte De Comunicar: ¿Un Oficio o un Talento?

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Arte De Comunicar.

El arte de comunicar es un oficio, un talento, una forma de que tu voz sea escuchada y a su vez llame a la reflexión mediante esa idea que se intenta expresar. Vivimos en una era donde el contenido viaja a una velocidad muy rápida, eso es algo absolutamente maravilloso, pero también tiene su lado oscuro. Las redes sociales se han convertido en un espacio donde cada individuo ha sido capaz de montar su propio reality show personalizado permitiendo así que su voz llegue a cientos o a millones de personas. En esta era tecnológica han surgido numerosas palabras que han sido ya añadidas al diccionario lingüístico universal como Youtubers, Bloggers, Podcasters, etc. Cada uno tiene una función específica en dependencia del formato en el que se desempeñe, así como también en el tipo de contenido que desea comunicar, ahora; existe algo que todos tienen en común y se resume en una palabra que es frecuentemente usada en todos los medios virtuales. Se trata nada más y nada menos que de los “Influencers”.

Definición

Según la definición de un blog online titulado “El Tiempo”“Un influenciador digital, en adelante “influencer” por el término inglés con el que se usa en marketing, es una persona que cuenta con cierta credibilidad en algún área, y por su posicionamiento en redes sociales, puede ser referente a la hora de movilizar a las personas a causas altruistas o para fines económicos como adquirir un producto o servicio.”

La Responsabilidad De Ser Influencer

Haciendo referencia a la definición anterior, el hecho de considerarse “influencer” conlleva a una responsabilidad importante, pero esa “responsabilidad” de la que hablamos no solo se trata en comunicar valores estéticos, éticos y morales de una manera informativa, sino también de añadir un valor humano agregado al contenido que se ofrece. Personas relacionadas al “influencer marketing” pueden tener un ingreso de hasta 75k al año solamente a través de Instagram, según un artículo publicado en junio del 2018 en la página online Miami Marketing, y es que nada más lejos de la realidad. El tema se ha convertido en una tendencia que ha llevado a una desesperada carrera para garantizar el status de celebridad sin importar a veces el cuidado del contenido que se entrega. Se supone que mientras más alto el numero de seguidores más experto se les considera en el tópico que promueven

Influencer: “Si, he cambiado mi look…y desde que lo publique en mis historias he recibido muchísimos mensajes lindos…”, luego hace una referencia del espacio que le proporcionó el coqueto cambio de imagen y dos palabras halagadoras para el sujeto que la acompaña (posible maquillista), bueno para el resto de la historia simplemente usen su imaginación. Después de más de 1000 likes y 75 comentarios pienso que este hecho no es algo que sucede aisladamente y por gracia e intervención divina sino también del público que consume desesperadamente la píldora rosada hecha de caramelo. Supongo que todo tiene un propósito, que de buenas intenciones se encuentra lleno el camino al infierno y que conste que no es una crítica, es simplemente una observación para llamar a la reflexión colectiva. Un gran amigo con vasta experiencia en temas de este tipo diría a su manera: “Al final Bert, cada quien hace su propia estafa, el tema es que sea cual sea su estafa, lo haga bien…” Las compañías han encontrado en este tipo de fenómeno una ventana para promover sus productos o servicios a través de estas cuentas de redes sociales sin tener muchas veces conciencia de que el mensaje que se transmita sea realmente de calidad.

Estamos tan acostumbrados a celebrar lo mediocre que nos hemos adaptado a lo fácil, lo que no te haga pensar y ni siquiera cuestionarnos si lo que ya estamos ingiriendo cerebralmente nos aporta o nos quita. Si, quizás sea simplemente la sensación de que lo que consumimos nos hace bien y nos relaja o porque no tenemos  el “tiempo” para leer cosas largas y metratrancosas (modismo cubano que significa algo enrevesado y sofisticado). Por mi parte lo defino como contenido cargado de sustancia gruesa para enriquecer las pretensiones intelectuales del lado izquierdo del cerebro.

Dejando atrás esas cuentas con exuberantes likes y falsas pretensiones, existe un conglomerado de personas que han decidido no comprometer su integridad por unos números de más en sus cuentas y que se han mantenido fieles a una causa “responsable” donde la conversación comienza por ellos y termina feliz y orgánicamente por el lector que los consume conscientemente. Ese es el Miami Instagramero con sustancia, con lucidez, lleno de luz propia y exento de facilismos o concesiones macabras.

El Verdadero Arte de Comunicar

Escoge el contenido que desees consumir conscientemente y aprende a ver la diferencia entre un buen alimento para tu intelecto o un caramelo para anestesiarte el subconsciente. Eso hará la diferencia de que tu like sea entregado a causas e intenciones que puedan valer la pena.

POR | BERT

COVER | ELIJAH O’DONNEL

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